Fiestas de San Lorenzo Huesca

Las fiestas mayores de la ciudad de Huesca se celebran todos los años del 9 al 15 de agosto, en honor a san Lorenzo mártir supuestamente nacido en la ciudad. Las fiestas, declaradas de interés turístico nacional, comienzan la mañana del 9 de agosto.

Es costumbre que los grupos de amigos, vestidos de blanco impecable y con pañoleta verde al cuello, vayan a almorzar para después, a las 12 de la mañana, estar presentes en la plaza de la catedral para el chupinazo, momento en que la alegría se desata, regada por vino y acompañada con la típica música laurentina. El chupinazo es momento de gran emoción que todo el mundo vive muy intensamente, pero en el que hay que tener cuidado, porque es tal la aglomeración de gente que una caída puede tener consecuencias. Los últimos años, debido a las altas temperaturas que se dan en pleno agosto y a la multitud, los bomberos de la ciudad colaboran refrescando al personal, lo cual evita más de una lipotimia.

Una costumbre que cada año se arraiga más y cada año se ve peor por la gente mayor es la de romper la camiseta a todo el mundo. Por ello, si se va a acudir es preferible llevar ropa vieja o de poco valor porque probablemente no vuelva a casa. Una vez disparado el cohete, hay dos alternativas: unirse a la cabalgata con las peñas y las «mairalesas» (las reinas de la fiesta), que hace un recorrido por el centro de la ciudad con charangas, carrozas, etc; o dirigirse a la zona de bares que, aún siendo poco más de las 12 de la mañana, están abarrotados. La fiesta de la mañana continua hasta que el cuerpo aguanta y suele empalmarse con la de la noche. El día grande de las fiestas es el 10 de agosto, día de San Lorenzo, y el momento cumbre de ellas se produce ese mismo día a las 8’30 de la mañana, cuando los Danzantes, icono de la ciudad, realizan sus dances en honor a San Lorenzo en la puerta de la iglesia del mismo nombre. Momento lleno de emoción para todos los oscenses y visitantes, todos los asistentes siguen el ritmo de la música con las palmas y se estiran todo lo que pueden para ver aunque sólo sea un poquito de lo que se está produciendo en el centro de la plaza. Quien esté interesado en ver a los Danzantes sin problemas, tendrá que ir a coger sitio a las 5 de la mañana porque la plaza enseguida se llena de bote en bote. Después de los bailes, se saca el busto de San Lorenzo en procesión, haciendo un recorrido por toda la ciudad, seguido de las autoridades locales, los danzantes, las mairalesas y todo el mundo que quiera, ataviado con los trajes regionales. El día 11 de agosto por la mañana se celebra la fiesta del mercado, organizada por los comerciantes de la ciudad, y en la que de nuevo se puede ver a los Danzantes. EL último día de las fiestas, el día 15, es quizá otro de los más emotivos, con la ofrenda de flores y frutos, que recorre gran parte del centro de la ciudad hasta llegar a la iglesia de San Lorenzo, la despedida al Santo, y la traca final de fiestas, con un maravilloso espectáculo de fuegos artificiales. Aunque estos son los omentos más importantes de la fiesta, desde el día 9 hasta el día 15 hay actos programados en todas las zonas de la ciudad, a todas las horas y para todas las edades.

Para los más juerguistas y amantes de la noche no falta la diversión. Las zonas de bares sacan la fiesta a la calle, cosa de agradecer debido al calor, en la plaza del Mercado actúan las mejores orquestas, y el local de las Peñas Recreativas permanece abierto ininterrumpidamente desde la tarde hasta las 7’30 de la mañana, momento en que se cierra para que la gente vaya a las «vaquillas», si todavía de aguanta. Por supuesto, también se organiza una feria taurina, con la participación de los mejores toreros. También para esto hay dos alternativas: sombra y sol. Las peñas siempre se colocan al sol, con las charangas y las neveras portátiles repletas de comida y bebida, porque después del tercer toro comienza la merienda: callos, caracoles, paella, macarrones… todo lo imaginable, y todo rematado con un buen melocotón con vino. Para quien quiera acercarse a los toros, dos recomendaciones: son típicas las batallas de comida, así que no asustarse si se ve una albóndiga volando por encima de su cabeza; y mucho cuidado con el sol, imprescindible el gorro. Al final de los toros, las peñas y las charangas se dirigen al local de Interpeñas donde continua la fiesta hasta por la mañana. Además de todo esto, durante todo el día se realizan actos de animación callejera, teatros, parques infantiles, eventos deportivos, chiringuitos, ferias… En resumen, unas fiestas distintas, donde se deja a un lado la vergüenza y el remilgo, quizás un poco brutas en algunos momentos, pero muy muy divertidas y recomendables para todo el mundo.

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