Feria de Abril, Sevilla, España

Los orígenes de nuestra Feria de Abril se encuentran en un 25 de agosto de 1846 en que Narciso Bonaplata y José María de Ybarra firmaron una proposición que presentaron al Cabildo Municipal pidiendo autorización para que durante los días 19, 20 y 21 de abril se celebrara una feria anual.

El Cabildo Municipal vio con buenos ojos la iniciativa del vasco y del catalán -curiosamente no fueron andaluces los precursores-, secundada por numerosos ganaderos y agricultores. Así en 1847 se celebra la primera Feria de Abril.

El Cronista Oficial de la Ciudad, el Sr. Velázquez y Sánchez, dejó escrito que «para inaugurar la importante concesión en los días 18, 19 y 20, el Ayuntamiento acordó una Exposición de ganados, con adjudicación de premios en concurso, de toros, bueyes, carneros, caballos sementales y yeguas, admitiéndose a optar al regalo de unas espuelas de plata a jinetes de caballos de escuela española. Concedidos a los ganados los pastos gratuitos de Tablada y el Prado de San Sebastián, se construyeron dos abrevaderos o pilones en San Bernardo y frente al foso de la Fábrica de Tabacos, situándose un café y repostería en tienda espaciosa para comosidad de tratantes corredores y dependientes de los ganaderos, al cuidado de su negocio; instalándose Juzgado especial en la caseta que el Municipio erigió a la salida de la Puerta de San Bernardo. Desde dicha puerta a la inmediata de la Carne (de Min-Hoar en lo antiguo) se establecieron en dos hileras puestos de juguetes, frutas y dulces, y en la acera del Prado, desde el Tagarete hasta San Bernardo, las tiendas de buñolería, bodegones y tabernas; hallándose acomodadas en la calle Nueva (San Fernando), en zaguanes de sus casas, joyerías, roperías, despachos de efectos de modas, novedades y exhibiciones; repartiéndose por los contornos del Prado las máquinas giratorias de caballos y calesas, cosmoramas y el siempre terrible aporreador Don Cristóbal Polichinela con su inseparable Doña Rosita. El segundo y tercer día de Feria fueron lluviosos, pero se amplió por otro más el mercado.

Conviene destacar que en el programa de la propuesta inicial se indicaba que el 19 de abril de 1847 se concedería un premio de cuatro mil reales de vellón al que presentara el buey de menos de cuatro años que pesara mayor número de libras sobre mil; otro premio de igual cantidad, al mayor buey de cualquier edad. De dos mil reales al mejor lote de diez carneros de dos años; otro igual al lote de diez carneros merinos de mejores lanas. Uno de seis mil reales al mejor toro que se eche en la corrida del día veinte, y otro premio igual al caballo más corredor en la carrera a verificar el día 21 de abril.

Si atendemos a lo que dejó escrito el Cronista, el primer año la Feria contó con tiovivos, bodegones, calesitas, buñoleras, diversos puestos y hasta con una corrida de ocho toros, de las ganaderías de Taviel de Andrade y Curro Cúchares, para Lavi, Juan Lucas Blanco y Manuel Trigo.

Curiosamente en 1848, la Feria se celebró los días 17, 18 y 19, coincidiendo con Lunes, Martes y Miércoles Santo, algo impensable en nuestros días y que fue posible por aquel entonces porque ni el Lunes, ni Martes hacían Estación de Penitencia, solamente salían las de Amargura y el Amor, el Domingo de Ramos.

En 1850 acudieron a la Feria más de sesenta mil cabezas de ganado. Se expidieron licencias para 15 puestos de buñuelos, 34 de turrones y avellanas, 93 para tabernas y p para agua.

En 1856 se pensó en trasladar la Feria al Campo de Marte (de la Plaza de Armas a la Barqueta) y se llegó a llevar el ganado al Prado de Santa Justa y el Cuarto de las Payas, frente a San Juan de Aznalfarache (a orillas del Guadalquivir).

1863 fue el año en el que el Circo Price acude por primera vez a la Calle del Infierno.

En 1864 se queman los primeros fuegos artificiales.

El cambio del alumbrado antiguo de petróleo, por el «moderno» de gas tiene lugar en 1866.

1870 es un duro año políticamente hablando, pero la Feria dura dos días más.

La primera lámoara eléctrica visita la Feria en 1874.

1877 representa el primer año en el que se instalan farolillos de papel. La Reina Isabel II acude a la Feria y disfruta de su ambiente.

En 1885 lo destacable fue que a lo largo de la calle San Fernando se colocaron treinta y cuatro arcos con globos de cristal, que a su vez tenían en su interior luces de gas ardiendo. El efecto fue muy vistoso y llamativo.

1893 representa el año en el que se montan las primeras casetas de los grandes casinos y círculos sevillanos.

En 1894 se hizo la primera convocatoria para el concurso del cartel anunciador de la Feria de Abril. Lo ganó por primera vez Francisco Candela, su premio 500 pesetas.

En 1896, y más concretamente el 18 de abril, se inauguró la famosa pasarela de hierro. En un principio fue iluminada por 798 luces de gas y un arco voltaico, de batería en su cúspide. Fue protagonista de una época, hasta que en 1920 fue demolida. Sus 81.297 kilos de hierro fueron vendisos a precio de chatarra (dos reales el kilo) a un industrial almeriense.

El Círculo Mercantil estrenó caseta de estilo japonés en 1904. La decoración era de claro estilo nipón, incluso con sombrillas orientales. Ese mismo año los hermanos Alvarez Quintero junto con un grupo de ateneístas, montaron «Los Perros», una caseta que simbolizaba la entrada de un cortijo. Lograron un gran reconocimiento y elogios con su idea, ya que las casetas empezaban a tener matices sevillanos, alejándose de frivolidades orientales.

Fue en 1914 cuando la Feria dura ya cinco días. el primero de ellos se aprovechó para inaugurar el Parque de María Luisa.

En 1916 los Reyes Don Alfonso XII y Doña Victoria Eugenia visitaron por primera vez la Feria de Sevilla.

Los dibujos del pintor Gustavo Bacarisas de las pañoletas unificadas de las casetas del Real son de 1919. Conviene destacar que esta decoración ha marcado un estilo hasta hoy en dí.

La Feria de 1930 coincide con la Exposición Iberoamericana y representa la primera vez que se celebra en su recinto del Sector Sur, trasladándose fuera del Prado.

El 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República y en sólo tres días el Ayuntamiento tuvo que hacer numerosas banderas tricolores.

La Guerra Civil provoca la suspensión de los festejos. Lo único que se celebró fue el mercado ganadero.

La década de los 40 se caracteriza por la penuria económica. La posguerra española está caracterizada por la escasez de alimentos y el racionamiento. La Feria de Abril pierde brillantez.

Es en 1949 cuando se instala la primera portada en la Avenida del Cid.

Desde 1953 la Feria dura seis días.

1964 fue el año del tristemente célebre incendio en el Real. Fueron destruídas 64 casetas, numerosos los heridos y hasta falleció un anciano.

El príncipe de Mónaco y su esposa Grace visitaron la Feria de Sevilla en 1966. También la visitó la viuda del presidente de los Estados Unidos, Kennedy.

1968 fue el año en el que los actuales Reyes de España visitaron el Real de la Feria por primera vez.

Un año muy importante en el devenir futuro de la Feria fue 1973. El 30 de abril de este año, la Feria abandona el Prado de San Sebastián y se traslada al emplazamiento actual en el barrio de Los Remedios. Con el transcurso del tiempo la realidad superó las previsiones y el recinto actual se ha quedado pequeño. Son más de cuarenta mil metros cuadrados los ocupados y más de un millar las casetas existentes, lo curioso es que es similar el número de las peticiones al Ayuntamiento para instalar casetas en el recinto ferial.

En resumen, la Feria de Abril es una tradición que paraliza Sevilla durante una semana y que provoca que una parte importante de la actividad de la ciudad se lleve a cabo en las numerosas casetas del Real , punto de encuentro no ya de ganaderos que venden sus productos, sino de familias enteras que viven de una manera muy especial la más importante Feria del Mundo, la Feria de Sevilla.

La Portada de la Feria de Abril se ha inspirado durante los últimos 25 años en edificios representativos de la ciudad de Sevilla que, conjugados de forma singular, han formalizado uno o varios arcos como puntos de paso y encuentro en el Real.

Para el año 2005, al coincidir con la celebración del Centenario del Sevilla Fútbol Club, los Servicios Técnicos de Fiestas Mayores encargados de realizar anualmente la Portada, han incluido determinados elementos que hacen alusión a la entidad sevillista, uniéndose así a la efemérides que celebrará el club de Nervión.

Para ello, se ha utilizado un soporte que, apoyándose en la cimentación existente, pueda ocultar en su interior tanto la estructura base necesaria para el acoplamiento de vientos como las bridas y acopladores utilizados para el prendido de tableros que con su pintura artística, composición armónica, iluminación y equilibrada distribución, podrán conformar una alternativa monumental sin que pierda su carácter sevillano.

Este soporte básico, ha dado un nuevo ‘aire’ a la Portada de Feria, formada a doble cara, por tres abanicos que acoplados entre sí conforman un solo arco de paso de proporciones monumentales. Este conjunto queda solidariamente unido a la cimentación a través de dos pilastras laterales de extraordinarias dimensiones.

Se trata de un abanico azul que ocupa el centro del conjunto y que, con los signos de la ciudad, su bandera y el escudo institucional, se ve arropado por dos abanicos simétricos que parcialmente abiertos dejan ver entre un listado de colores rojo y blanco el logotipo elegido por la entidad sevillista para celebrar su centenario.

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